Gloria Chicaiza Aguilar (1969-2019) fue una luchadora incansable en favor de los derechos humanos y de la naturaleza. Para celebrar su vida, Acción Ecológica, colectivo al que se integró en 1997, acaba de instituir el Premio Gloria Chicaiza, por la defensa de los pueblos y la naturaleza. Hace pocas semanas, varias personas y organizaciones que defienden sus derechos y territorios frente al embate del extractivismo fueron sus primeros receptores.
Gloria inició su lucha desde adolescente, con iglesias de base en el sur de Quito. Las injusticias sociales y ambientales contra comunidades campesinas e indígenas fueron la razón principal de su militancia, en especial la resistencia contra la gran minería. Ella entendía que las mujeres estaban en primera línea en las acciones de resistencia ambiental, por lo que fue fundadora de la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos, colectivo que ha dejado semillas en todo el continente.
Varias veces fue perseguida y judicializada por su activismo. De la mano de su hijo Ismael, recorrió Ecuador para alentar a los pueblos a fortalecer su organización y sostener la resistencia. Su palabra era escuchada desde Íntag hasta la cordillera del Cóndor. Lo que conseguirá detener proyectos extractivos –decía Gloria– es tejer comunidad con organización y resistencia. Soñaba con un movimiento ecologista continental frente a la minería en América Latina.
Gloria sostuvo su propia batalla contra una enfermedad pulmonar que la aquejó desde hace algunos años. Aún delicada de salud, acompañó la gran marcha por el agua para proteger el páramo de Kimsacocha. Poco después se apagó su aliento. (Ivonne Yánez)
