Julio - Agosto de 2003
SECCIONES

inicio
archivo
suscripción
quiénes somos
índice
segmentos fijos


ÚLTIMO NÚMERO

contenido


CLUB DE
SUSCRIPTORES


suscripción
museos socios
tarjeta del club

CONTACTO

 

 

Por Diego Tirira
Foto Diego Tirira

¡Suerte Zaruma!

Una buena parte de la bella arquitectura zarumeña ha sido restaurada para la inspección de la UNESCO. Incluso aquellas edificaciones que esperan ser atendidas mantienen su valor estético.

Yo, que veo en Zaruma a una de las ciudades más hermosas del Ecuador, me preguntaba, mientras recorría sus estrechas callejuelas, si realmente existía la posibilidad de que se la declarare Patrimonio Cultural de la Humanidad, distinción con la que los zarumeños han soñado desde hace por lo menos dos años, cuando su Municipio empezó a promocionar la candidatura.
Podría sonar descabellada la idea de colocar a Zaruma al nivel de París, Venecia, La Habana o, sin ir muy lejos, de Quito, en cuanto a su valor y belleza como Patrimonios de la Humanidad. Personalmente, no lo hubiese imaginado, pero al revisar cuáles son los criterios y condicionantes que exige la UNESCO para tal designación, mi opinión cambió y con una sincera sonrisa entendí que era posible.

Un Patrimonio Mundial debe poseer cierto conjunto arquitectónico que ilustre alguna etapa histórica importante; además, debe ser un lugar único, no solo en un país o un continente, sino en todo el Mundo.

¿Cumple Zaruma con tales exigencias?

Para empezar, si algo en especial tiene Zaruma, que no se observa en ninguna ciudad del Ecuador y, que yo sepa, tampoco en el resto del Planeta, es su caprichoso trazado urbano. Al encontrarse en la parte alta de una montaña, sus angostas y curvas calles declinan continuamente, sin cortes transversales; las construcciones, de igual manera, siguen la pendiente a causa de la irregular topografía. Si se desea llegar al parque central, lo más sencillo es caminar por la calle principal hasta donde termina la pendiente.

Su centro histórico representa muy bien una etapa arquitectónica, no solo de la costa del Ecuador, sino de toda Sudamérica. Además me impresionó por estar libre de edificaciones de otros estilos.

Zaruma creció gracias a la explotación de las minas de oro, actividad que fue próspera hacia finales del siglo XIX e inicios del XX. Este período de apogeo económico se vio reflejado en su arquitectura.

Las edificaciones zarumeñas sintetizan una riqueza de elementos decorativos y un delicado encuentro de materiales y técnicas tradicionales, como el uso del bahareque y las maderas finas, hábilmente decoradas por los artesanos de la época.

Fachadas forradas de madera, así como soportales, balcones con balaustres torneados, escalinatas y amplias puertas, corredores y celosías también embellecen la arquitectura del centro histórico.

¿Cómo ha sido la gestión?

El Municipio de Zaruma está trabajando en la candidatura desde inicios del 2001. Ha realizado seminarios y ciclos de conferencias para informar a los habitantes de la importancia que conllevaría su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Los zarumeños han entrado en acción. Numerosas casas de valor histórico han sido restauradas por sus propios dueños en el último año. Estas aguardan pacientes la inspección que próximamente efectuará la UNESCO.

Sin duda Zaruma es una ciudad sin par en nuestro país y en el mundo, no solo por su centro histórico y su trazado urbano, sino por su entorno natural y paisajístico.

Lee el artículo completo en la edición No 24

inicio - archivo - suscripción

CONTENIDO REVISTA 24

 

 

portada inicio archivo subscripción inicio portada archivo subscripción