N° 30 Julio -agosto de 2004
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Texto Carla Tirira
Foto Pablo Cervantes

Patrimonio artístico: El Patrimonio artístico ecuatoriano

El apóstol Pedro, en la obra Negación de Pedro a Jesús (Escuela Quiteña), actualmente expuesto en el museo Fray Pedro Gocial. Dentro de la cabeza de esta imagen hay un cráneo humano que fue incorporado por el escultor (anónimo) para lograr una forma marcadamente realista.

El 8 de septiembre de 1978, el Comité Intergubernamental del Patrimonio Mundial de la UNESCO declaró a la ciudad de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Los motivos de la designación son sus valores estéticos, artísticos e históricos, convirtiéndose así en la primera ciudad en el mundo en alcanzar tan importante categoría. Han transcurrido más de 25 años desde aquella fecha y todavía sigue siendo un hecho poco conocido y, lo que es peor, poco valorado por muchos ecuatorianos. Este acontecimiento de trascendental importancia para nuestra historia e identidad (en el que interviene lo que tenemos, fuimos y seremos como país) definitivamente volcó los ojos del mundo sobre nuestra maravillosa ciudad.

El interés por recordar este hecho radica en destacar que la declaratoria que recibió la ciudad de Quito no fue únicamente por la disposición de su Centro Histórico, por la belleza de sus iglesias, de sus casas o sus calles, sino también por el valor de su patrimonio artístico, el cual es parte inseparable de su historia.
Para entender de mejor manera qué involucra nuestro patrimonio artístico es necesario conocer algunos conceptos básicos que explicaré a continuación:

El Patrimonio Cultural involucra algunas categorías, una de ellas es la de los Monumentos, definidos como obras arquitectónicas, conjunto de experiencias, conocimientos, creaciones materiales o espirituales realizadas a lo largo de la existencia de una nación, que van otorgándole a ésta su identidad.

Dentro de esta categoría se hallan los bienes culturales, que a su vez están divididos en bienes muebles, como esculturas o pinturas monumentales, documentos antiguos, monedas, billetes, objetos de cerámica, metal, piedra u otros, pertenecientes a la época prehistórica, colonial o republicana; y bienes inmuebles, como templos, capillas, conventos, estructuras o yacimientos de carácter arqueológico con un valor histórico, estético y científico.
Los objetos y bienes culturales producidos por artistas contemporáneos, en los cuales se aprecie una gran calidad artística, serán considerados parte del Patrimonio Cultural de nuestra nación luego de la muerte del artista, y en vida aquellos que han sido galardonados y tengan treinta años o más de haber sido realizados.

No es que todas las producciones humanas artísticas deban ser declaradas parte del Patrimonio Cultural del país, para ello es necesario que cumplan con una serie de requisitos, tanto en su manufactura, como en el material usado para esta, además del conocimiento técnico de su ejecución y un evidente aporte al desarrollo cultural de la nación.

Estos bienes patrimoniales pueden encontrarse en poder del Estado, de instituciones religiosas o pertenecer a personas particulares.

Lee el artículo completo en la edición No 30 de ECUADOR TERRA INCOGNITA

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