El 8 de septiembre de 1978, el Comité
Intergubernamental del Patrimonio Mundial
de la UNESCO declaró a la ciudad de
Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Los motivos de la designación son sus
valores estéticos, artísticos
e históricos, convirtiéndose
así en la primera ciudad en el mundo
en alcanzar tan importante categoría.
Han transcurrido más de 25 años
desde aquella fecha y todavía sigue
siendo un hecho poco conocido y, lo que es
peor, poco valorado por muchos ecuatorianos.
Este acontecimiento de trascendental importancia
para nuestra historia e identidad (en el que
interviene lo que tenemos, fuimos y seremos
como país) definitivamente volcó
los ojos del mundo sobre nuestra maravillosa
ciudad.
El interés por recordar este hecho
radica en destacar que la declaratoria que
recibió la ciudad de Quito no fue únicamente
por la disposición de su Centro Histórico,
por la belleza de sus iglesias, de sus casas
o sus calles, sino también por el valor
de su patrimonio artístico, el cual
es parte inseparable de su historia.
Para entender de mejor manera qué involucra
nuestro patrimonio artístico es necesario
conocer algunos conceptos básicos que
explicaré a continuación:
El Patrimonio Cultural involucra algunas categorías,
una de ellas es la de los Monumentos, definidos
como obras arquitectónicas, conjunto
de experiencias, conocimientos, creaciones
materiales o espirituales realizadas a lo
largo de la existencia de una nación,
que van otorgándole a ésta su
identidad.
Dentro de esta categoría se hallan
los bienes culturales, que a su vez están
divididos en bienes muebles, como esculturas
o pinturas monumentales, documentos antiguos,
monedas, billetes, objetos de cerámica,
metal, piedra u otros, pertenecientes a la
época prehistórica, colonial
o republicana; y bienes inmuebles, como templos,
capillas, conventos, estructuras o yacimientos
de carácter arqueológico con
un valor histórico, estético
y científico.
Los objetos y bienes culturales producidos
por artistas contemporáneos, en los
cuales se aprecie una gran calidad artística,
serán considerados parte del Patrimonio
Cultural de nuestra nación luego de
la muerte del artista, y en vida aquellos
que han sido galardonados y tengan treinta
años o más de haber sido realizados.
No es que todas las producciones humanas artísticas
deban ser declaradas parte del Patrimonio
Cultural del país, para ello es necesario
que cumplan con una serie de requisitos, tanto
en su manufactura, como en el material usado
para esta, además del conocimiento
técnico de su ejecución y un
evidente aporte al desarrollo cultural de
la nación.
Estos bienes patrimoniales pueden encontrarse
en poder del Estado, de instituciones religiosas
o pertenecer a personas particulares.
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el artículo completo en la edición
No 30 de ECUADOR
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