Nací
en la provincia del Chimborazo, de ella provienen
todos mis ancestros, esa entrañable
tierra marcó mis recuerdos de niñez,
crecí al pie del Coloso de los Andes
en una comarca llena de luz, magia, simbolismos,
tradiciones y culturas diversas. A lo largo
de mis viajes he podido comparar y admirar
cada una de las regiones del Ecuador. Concluyo
que Chimborazo es, definitivamente, la provincia
más rica en una gama infinita de paisajes
mágicos, mesetas, valles, colinas,
magníficas cordilleras, un mapa multicolor
de cultivos, gigantes de nieve, lagunas misteriosas,
microclimas, fauna y flora de extraordinaria
diversidad. Pero no es solo la geografía
física la que atrae a propios y extraños.
La provincia cuenta en el centro del país
con una geografía humana de gran interés
turístico que vale la pena conocer.
EL CHIMBORAZO (6310 msnm)
Es el nevado más alto del Ecuador y
surge de un poderoso macizo volcánico.
Es considerado como un volcán inactivo,
ya que la última erupción se
calcula que ocurrió hace 6 000 años.
Se asume, además, que se formó
hace dos millones de años. Desde el
arenal que lo rodea, la vista se pierde a
lo lejos en un paisaje lunar aparentemente
desprovisto de vida y cargado de silencio.
Tiene cinco cumbres, siendo la más
alta la “Whymper”, con un capa
de hielo de alrededor de 100 metros, medida
que la obtuvo la expedición franco-suiza
de 1999. Esta misma expedición halló
agua a 24 metros de profundidad en otra perforación,
lo que podría sugerir una actividad
volcánica leve del Coloso de los Andes.
Esta montaña, como tantas otras del
mundo, también se ha visto afectada
por el calentamiento global, y sus glaciares
han retrocedido de manera notable en los últimos
años. Esto ha llevado a que la ruta
clásica de ascensión hasta sus
cumbres cambie de manera constante y se generen
aludes que retumban como una descarga de artillería
en los valles aledaños al nevado. Si
se mide su altura, desde el centro del planeta
es el más alto del mundo; conocido
como “El Rey de los Andes”, ha
sido visitado por personajes ilustres tales
como Charles Marie de la Condamine, Alexander
von Humboldt, Teodoro Wolf y Edward Whymper,
el famoso explorador y alpinista británico,
quien lo coronó por primera vez en
1880 y escribió el libro “Viaje
a través de los Majestuosos Andes del
Ecuador”, como resultado de su visita
al país. El Libertador Simón
Bolívar se inspiró en él
para escribir el poema épico “Mi
Delirio sobre el Chimborazo”, una pieza
lírica que refleja su profundo amor
por la tierra americana. Este nevado fue el
monte sagrado de la cultura Puruhá.
Se le atribuían poderes sobrenaturales
para castigar o premiar, dar buenas cosechas
o producir cataclismos. Su nombre quichua
tiene varias interpretaciones en español:
“Asiento o Mansión del hielo”,
“Viento helado”, “Dios del
hielo”, “Señor de las montañas”.
En los valles que rodean a la montaña
se han encontrado vestigios arqueológicos
de tambos y fortalezas y cuentan las leyendas
que los indígenas ocultan un tesoro
de gran riqueza en una cueva en sus estribaciones:
son las ofrendas a su Dios nevado.
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el artículo completo en la edición
No 34 de ECUADOR
TERRA INCOGNITA |
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