N° 35 Mayo - junio de 2005
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Texto Felipe Vallejo
Foto Jeff Rotman / Fundación WildAid

Tiburones ecuatorianos
¡en qué manos han caído!

Luego de extirparles las aletas, muchos ejemplares son arrojados al mar, algunos aún en agonía. El tiburón martillo (Sphyrna lewini) es uno de los escualos más afectados por la práctica del aleteo, tanto en Galápagos como en la costa continental del Ecuador.

Los tiburones son ágiles y eficientes predadores marinos que mantienen en equilibrio las poblaciones de sus presas, eliminan organismos débiles, enfermos y cadáveres que podrían causar enfermedades. Si buscamos animales de roles ecológicos similares en los ecosistemas terrestres podríamos pensar en carnívoros tales como el león, el puma, los osos o los lobos.

El temor natural que los seres humanos sentimos hacia los depredadores nos hace pensar en ellos como organismos muy fuertes, casi invulnerables, de instintos exterminadores y sanguinarios.

La realidad es que, al encontrarse en la cúspide de la pirámide alimenticia, los predadores dependen del buen funcionamiento de los escalones inferiores. Generalmente se trata de animales de gran tamaño y crecimiento lento, de gran longevidad y madurez sexual tardía, con bajo éxito reproductivo y altas tasas de mortalidad. Estos factores, sumados a las características de su hábitat, disponibilidad de alimentos, comportamientos territoriales, enfermedades, entre otros, limitan el tamaño de sus poblaciones y los hacen altamente vulnerables a la extinción.

Cuando los depredadores disminuyen, inmediatamente se alteran las relaciones entre los otros organismos, produciéndose alternativamente drásticos aumentos y disminuciones de comunidades, escasez de alimentos, epidemias, en fin, un desequilibrio que puede desencadenar consecuencias fatales para el ecosistema.

Los tiburones son peces cartilaginosos emparentados con las rayas, que han estado presentes en la tierra desde hace más de 450 millones de años. Se han adaptado a casi cualquier ecosistema marino, desde aguas someras y cálidas, alta mar, arrecifes coralinos y aguas frías. Algunas especies pueden remontar los cursos de ríos de agua dulce, y otras permanecen en pantanos de mangle.

En el Ecuador se puede encontrar alrededor de 37 especies de tiburones, entre ellos el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), cuyo ciclo de vida nos servirá para ejemplificar el de otros similares: aunque no hay estudios fehacientes, se cree que viven entre 30 y 40 años y alcanzan la madurez sexual cerca de los 20 años. La fertilización es interna y su reproducción ovovivípara, es decir que los huevos fecundados se desarrollan en el interior del tracto genital de la madre, de donde emergen entre 4 y 10 individuos con todas sus estructuras formadas. Si los recién nacidos sobreviven, tendrán que esperar 20 años más para reproducirse, si logran escapar a las amenazas naturales y a la pesca.



Lee el artículo completo en la edición No 35 de ECUADOR TERRA INCOGNITA

 


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