Algo
empieza a moverse en la parte alta de los
árboles. Falta poco para que amanezca.
La neblina es densa y un manto de tranquilidad
cubre el lugar…
Repentinamente, temblorosos y suaves gemidos
empiezan a escucharse. Los movimientos en
los árboles ganan en intensidad y el
amanecer del nuevo día inunda el territorio.
Enseguida, fuertes alaridos se repiten rompiendo
la quietud que reinaba en el bosque antes
del alba. uno de los últimos grupos
de bracilargos que sobrevive en territorio
ecuatoriano ha despertado del letargo nocturno
e inicia su actividad de cada día...
Los bracilargos, mejor conocidos como monos
araña, son los primates no humanos
más grandes que habitan en América.
Cuando llegan a la adultez pueden superar
los 10 kilogramos de peso y los 60 centímetros
de longitud corporal (sin tomar en cuenta
la cola, que es aun más larga qué
todo el resto del cuerpo, ya que puede medir
hasta 90 centímetros).
Para quien no haya visto uno de estos animales,
el nombre “mono araña”
quizá sea motivo de varias interrogantes.
Pero al ver sus largas extremidades y cola,
que además es empleada para la locomoción,
la relación salta a la vista: extremidades
largas, como si fueran patas de araña.
Los quichuas de la Amazonía ecuatoriana
también hacen hincapié en la
largura de los brazos y piernas de estos primates,
de hecho, el nombre con que los designan en
su lengua, y que ha venido a popularizarse
en las tierras bajas del Oriente ecuatoriano,
es maquisapa, que traducido al español
significa “brazote”.
¿Le cortaron los pulgares?
En términos científicos, los
monos araña pertenecen a la familia
Atelidae, nombre de origen latín cuya
traducción es “el incompleto”,
en alusión a que sus manos carecen
de pulgares. Esto es una rareza dentro del
orden de los primates, pues todos sus miembros,
incluyendo el ser humano, los poseen. De allí
que, quien no conozca a los bracilargos, al
ver las manos de uno de éstos puede
imaginarse que se trata de algún defecto
congénito o producto de un corte desafortunado.
En efecto, según la tradición
quichua, el mono machín se burlaba
frecuentemente del maquisapa, diciéndole:
“tú eres negro, y por eso tienes
cinco dedos en cada mano, al igual que los
indios. Yo, que soy blanco, tengo manos con
cuatro dedos”. Y le mostró sus
manos escondiendo los pulgares. El maquisapa,
queriendo ser parecido al mono blanco, se
cortó los pulgares con un machete.
Entonces, el mono machín se burló
de él, diciéndole: “Tonto,
ahora tienes solo cuatro dedos... yo tengo
cinco”, y le mostró su mano extendida.
Hoy los maquisapas se pasean por
la selva exhibiendo sus manos sin pulgar,
y demostrando que, aún con cuatro dedos
en cada una, se pueden trasladar perfectamente,
pues, gracias a su tipo de locomoción
(conocida como braquiación o locomoción
suspensoria), donde intervienen brazos, piernas
y cola, pueden viajar grandes distancias en
cortos períodos de tiempo.
Visitar sus bosques
Si
queremos encontrar monos araña, debemos
buscar en bosques bien conservados y alejados
de los humanos. A menudo, percatarse de la
presencia de estos primates no es tarea difícil,
pues son animales que se mueven inquietamente
entre las ramas de los árboles, dando
largos y estruendosos saltos y tumbando la
vegetación a su paso. Sin embargo,
estos mismos hábitos reducen la posibilidad
de observarlos en detalle.
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