N° 40 Marzo - abril 2006
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Texto Carlos Boada
Foto Murray Cooper

El Chocó biogeográfico
continuación (2 de 2)

El mono capuchino (Cebus capucinus) es uno de los primates que habita en los bosques del Chocó.

De acuerdo a Conservación Internacional, actualmente existen 34 hotspots en el mundo y estos albergan a por lo menos la mitad de las especies de flora y fauna conocidas. Sin embargo, se calcula que únicamente una décima parte del hábitat original de estos hotspots existe todavía.

Diversidad cultural

Además de la riqueza biológica, el Chocó posee una importante diversidad cultural. Alrededor de 250 comunidades habitan en su territorio. Algunas conformadas por negros y otras por indígenas o mestizos.

Los negros son descendientes de esclavos traídos desde África por comerciantes portugueses y holandeses. Cuando llegaban eran obligados a trabajar en las minas de oro. A los indios, en cambio, se les encomendaba la agricultura sedentaria.

En el Ecuador, la zona del Chocó constituye el hogar de los pueblos Chachi (principalmente), Tsáchila, Awá y Epera, estos dos últimos inmigraron en las últimas décadas desde Colombia.

También existen comunidades afro ecuatorianas que, en muchos de los casos, mantienen ciertas tradiciones y viven de la cacería, la agricultura y la pesca.

Por su parte, la mayoría de mestizos asentados en el Chocó ecuatoriano basan su economía en la agricultura.
Uno de los retos del manejo de la zona del Chocó sería conciliar las prácticas de estos grupos humanos con el cuidado del medio natural que los rodea.


El Chocó ecuatoriano

Las provincias que se encuentran formando parte del Chocó en Ecuador son: Esmeraldas, Manabí, Carchi, Imbabura y Pichincha.

Algunas áreas protegidas, tanto estatales como privadas, intentan preservar algo de la riqueza del Chocó ecuatoriano, por ejemplo, la Reserva Ecológica Mache Chindul, la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas, la Reserva Ecológica Cayapas-Mataje, la Reserva Étnica Awá, la Reserva El Chontal, el Bosque Protector los Cedros, entre otras.

Los estudios que varios organismos de conservación internacionales han realizado en el Chocó ecuatoriano han sido muy importantes para nuestro país. Éstos señalan la importancia de esta zona y la necesidad de ejercer mayor control ambiental en sus territorios.

Para citar un ejemplo, se calcula que en el chocó del Ecuador existen 6 000 especies de plantas vasculares, es decir, el 25% de la flora del país y de las cuales entre el 13 y el 20% son endémicas; sin embargo, sus bosques están siendo destruidos a un ritmo impresionante… En Esmeraldas, por ejemplo, cada año se destruyen de 10 000 a 25 000 hectáreas de bosque primario, o sea, del 2 al 5% de los bosques que quedan en la provincia.

Durante mi último viaje por la carretera San Lorenzo-Ibarra, iba pensando en lo afortunados que somos quienes hemos logrado conocer los bosques de la provincia de Esmeraldas, parte de la región del Chocó. Sin embargo, si la falta de control de la explotación maderera y la falta de conciencia de quienes tienen grandes extensiones de monocultivos continúa, va a ser muy difícil que en los próximos años, cuando por alguna razón tenga que viajar a la zona, pueda nuevamente observar estos fabulosos bosques en pie.

 

 


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