N° 40 Marzo - abril 2006
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Texto Isabel Sabina
Foto Isabel Sabina

EL matrimonio Chachi

Una de las novias baila el San Juan. Este es el único momento en que se permite que los novios bailen juntos durante su fiesta matrimonial.

Es la tarde del 25 de diciembre. El piso de madera y el techo de zinc del Centro Ceremonial San Miguel vibran al ritmo de la marimba y el bombo. El gobernador escoge, de entre los invitados, a un joven y a una muchacha para la siguiente danza. Ella viste una manta –con la que se cubre desde la cabeza hasta la cintura– y una falda de colores.

Tres pasos para adelante y tres para atrás. El baile termina en menos de un minuto y la mujer se retira apresurada mientras ríe con nerviosismo. Inmediatamente se saca la falda tradicional y se queda con una de blue jean que lleva puesta debajo. También se despoja de la túnica y deja al descubierto un moderno y llamativo top.

Los novios permanecen sentados e inmóviles mientras otra pareja de invitados es llamada a bailar...

Los chachi

La gran mayoría de los miembros de la cultura Chachi, también conocidos bajo el nombre de cayapas habitan en el corazón geográfico de la provincia de Esmeraldas, bañado por los ríos Cayapas, Canandé, Ónzole y Santiago.

Los chachi han formado varias comunidades sobre una extensa zona que integra la porción ecuatoriana del Chocó.

Según cuentan sus ancianos, los antepasados chachi llegaron a estas tierras desde Tusta Pebulú o Pueblo Viejo, cerca de Ibarra, dirigidos por la Virgen María.

El éxodo fue motivado por el temor a que los colonizadores ibéricos les hicieran daño. La Virgen entonces les ordenó adentrarse en la selva y seguir su camino hasta encontrar un venado pastando.

Así lo hicieron y, al encontrar al animal, decidieron construir allí mismo un centro ceremonial. Llamaron Punta de Venado a la zona. Luego empezaron a ocupar la región formando varias comunidades. Según la leyenda, a pesar de ser un pueblo pacífico, tuvieron que exterminar a un grupo de caníbales muy hostiles que la habitaban.

Desde entonces, la vida de los Chachis se ha desarrollado en paz. Cada comunidad elige un gobernador –o Uñi Chaitarucula, en chapialachi, su lengua vernácula– y le encargan la vigilia del cumplimiento de los códigos del grupo. La economía chachi se ha basado en la agricultura, la pesca y la horticultura; aunque últimamente también en proyectos patrocinados por diferentes organizaciones de desarrollo social.

El día anterior

El 24 de diciembre, las familias de los novios, en este caso tres parejas, empiezan a llegar desde las comunidades en donde habitan. Aquel día se realiza un acto como preámbulo a la celebración del matrimonio del día siguiente. La imagen de un Jesús blanco y alto predomina en la pequeña capilla; esta última ha sido levantada cerca del centro ceremonial, y está compuesta por cuatro maderos que sostienen los restos de un techo de zinc.

Los invitados se ubican en dos columnas y sostienen los filos de una sábana blanca larga en donde se ha acomodado una imagen rota del Niño Dios. Todos mecen la imagen mientras caminan fuera de la capilla y hacia el centro ceremonial. Los presentes realizan movimientos sincronizados al ritmo del bombo.


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