Es
la tarde del 25 de diciembre. El piso de madera
y el techo de zinc del Centro Ceremonial San
Miguel vibran al ritmo de la marimba y el
bombo. El gobernador escoge, de entre los
invitados, a un joven y a una muchacha para
la siguiente danza. Ella viste una manta –con
la que se cubre desde la cabeza hasta la cintura–
y una falda de colores.
Tres pasos para adelante y tres para atrás.
El baile termina en menos de un minuto y la
mujer se retira apresurada mientras ríe
con nerviosismo. Inmediatamente se saca la
falda tradicional y se queda con una de blue
jean que lleva puesta debajo. También
se despoja de la túnica y deja al descubierto
un moderno y llamativo top.
Los novios permanecen sentados e inmóviles
mientras otra pareja de invitados es llamada
a bailar...
Los chachi
La
gran mayoría de los miembros de la
cultura Chachi, también conocidos bajo
el nombre de cayapas habitan en el corazón
geográfico de la provincia de Esmeraldas,
bañado por los ríos Cayapas,
Canandé, Ónzole y Santiago.
Los chachi han formado varias comunidades
sobre una extensa zona que integra la porción
ecuatoriana del Chocó.
Según cuentan sus ancianos, los antepasados
chachi llegaron a estas tierras desde Tusta
Pebulú o Pueblo Viejo, cerca de Ibarra,
dirigidos por la Virgen María.
El éxodo fue motivado por el temor
a que los colonizadores ibéricos les
hicieran daño. La Virgen entonces les
ordenó adentrarse en la selva y seguir
su camino hasta encontrar un venado pastando.
Así lo hicieron y, al encontrar al
animal, decidieron construir allí mismo
un centro ceremonial. Llamaron Punta de Venado
a la zona. Luego empezaron a ocupar la región
formando varias comunidades. Según
la leyenda, a pesar de ser un pueblo pacífico,
tuvieron que exterminar a un grupo de caníbales
muy hostiles que la habitaban.
Desde entonces, la vida de los Chachis se
ha desarrollado en paz. Cada comunidad elige
un gobernador –o Uñi Chaitarucula,
en chapialachi, su lengua vernácula–
y le encargan la vigilia del cumplimiento
de los códigos del grupo. La economía
chachi se ha basado en la agricultura, la
pesca y la horticultura; aunque últimamente
también en proyectos patrocinados por
diferentes organizaciones de desarrollo social.
El día anterior
El
24 de diciembre, las familias de los novios,
en este caso tres parejas, empiezan a llegar
desde las comunidades en donde habitan. Aquel
día se realiza un acto como preámbulo
a la celebración del matrimonio del
día siguiente. La imagen de un Jesús
blanco y alto predomina en la pequeña
capilla; esta última ha sido levantada
cerca del centro ceremonial, y está
compuesta por cuatro maderos que sostienen
los restos de un techo de zinc.
Los invitados se ubican en dos columnas y
sostienen los filos de una sábana blanca
larga en donde se ha acomodado una imagen
rota del Niño Dios. Todos mecen la
imagen mientras caminan fuera de la capilla
y hacia el centro ceremonial. Los presentes
realizan movimientos sincronizados al ritmo
del bombo.
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