N° 42 Julio - agosto 2006
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Texto Álvaro Barragán
Ilustración Felipe Guamán Poma / Nueva crónica y buen gobierno

La papa se comió al mundo

Este es uno de los 388 dibujos que el indígena andino Felipe Guamán Poma de Ayala incluyó en su libro "Nueva Crónica y buen gobierno", del siglo XVI. En esta imagen se observa un grupo de sembradores de papa de la época.

Sin duda, podemos afirmar que la papa representa uno de los aportes más significativos de la América India para la alimentación mundial. Existen dos hipótesis sobre el inicio del cultivo de la papa. La primera dice que se habría originado hace más de 7 000 años, probablemente en el altiplano cercano al lago Titicaca, proceso que junto con la domesticación de la llama (Lama glama) fueron fundamentales en la colonización agrícola de los Andes, incluida la zona andina que hoy pertenece a Ecuador. El otro posible origen está en el territorio que hoy pertenece a Chile.

Quizá los aborígenes de ambas zonas empezaron a cultivar papas al mismo tiempo y de forma independiente. Estos pueblos dieron preferencia a las variedades menos amargas. Gran cantidad de vestigios arqueológicos precolombinos demuestran que la papa, además de haber formado parte de la dieta de los antiguos habitantes de América, tenía una gran importancia en los ritos y cultos religiosos relacionados con la Pachamama (la Madre Tierra), ya que, según ellos, las plantas eran deidades que aseguraban la subsistencia de sus pueblos.

La papa de Quito


Alrededor de 1530, los españoles que iniciaron la conquista del imperio Inca se sorprendieron con el desarrollado sistema social de los indígenas. Los incas utilizaban una amplia variedad de productos agrícolas distintos a los que los europeos habían visto en su natal España. Una de las primeras descripciones hechas por los conquistadores es la de Pedro Cieza de León, quien siendo un joven soldado de Sebastián de Benalcázar, había participado en la conquista de Quito. En la descripción de la larga travesía por los Andes relata los hábitos de la población de las altas planicies, en particular la alimentación a base de papa, y dice:

En los lugares vecinos a Quito, los habitantes tienen con el maíz, dos otras plantas que les sirven en gran parte a sostener la subsistencia... Las papas o raíces casi parecidas a las trufas, desprovistas de toda envoltura más o menos dura, cuando es cocida, tienen la pulpa casi tierna como puré de castaña; secas al sol las llaman chuño y las conservan para su consumo.


La papa en Europa


El cultivo de la papa, luego de practicarse en América pasó a Europa, es decir, hubo una valiosa transferencia de tecnología, que en este caso se dio desde los países del sur hacia los del norte. El proceso enfrentó las dificultades propias de la adaptación del vegetal a un nuevo ambiente natural y a un sistema social diferente. Existen dos versiones sobre la introducción de la papa en Europa. La primera es bastante creíble, y menciona la vía española. Al inicio de la conquista muchas plantas de la América India fueron llevadas al Viejo Continente como simples curiosidades botánicas, puesto que se las trataba de manera despectiva como “alimento de indios”. Se dice que en 1565 llegó de América una planta de papa como regalo para el rey Felipe II de España. El monarca decidió entregársela al papa San Pío V quien a su vez la repartió entre los sabios de la época.


 


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