N° 50 Noviembre - diciembre 2007
SECCIONES

inicio
archivo
suscripción
quiénes somos
índice
segmentos fijos


ÚLTIMO NÚMERO

contenido


CLUB DE
SUSCRIPTORES


suscripción
museos socios

CONTACTO

 

 

Ilustración: Guido Chávez

"¡Tierra!; ¡Tierra!"

Texto Simón Espinosa Cordero

La revista bimestral Ecuador Terra Incognita fue fundada en noviembre de 1998. Este noviembre de 2007, la revista cumple nueve años y ya puede hacer la Primera Comunión.

Terra: “¡Tierra!, ¡Tierra!”, gritó Rodrigo de Triana al avistar costa firme a las dos de la mañana del 12 de octubre de 1492. “Terra Incognita”, gritó un puñado de jóvenes al imaginar una revista que descubriera el Ecuador a nacionales y extranjeros una mañana de octubre de fin de siglo.

Incógnita: ¿Quién era este Rodrigo de Triana? ¿Qué hacía a esas horas en una carabela al borde occidental del Atlántico? Resulta que este jovencito es también un mar de incógnitas. Sabemos que era andaluz y estuvo en el descubrimiento de América. Unos dicen que su verdadero nombre respondía al de Juan Rodríguez Bermejo. Como talvez vivió en el barrio de Triana en Sevilla, lo conocían como Rodríguez o Rodrigo de Triana. Su padre habría sido un caballero musulmán convertido al cristianismo, digamos un morisco, a quien la Inquisición quemó en la hoguera por haber comerciado con judíos. De ser verdad esta suposición, tenemos el triste caso de un hijo que descubría América mientras el padre ardía ese mismo año en las llamas de la católica Isabel, la cual solo se había bañado una vez en los 55 años de su ajetreada vida. ¡Ni con qué agua para apagar el incendio!

Terra Incognita: Los chicos y chicas que descorren el velo del Ecuador a los curiosos de buena voluntad, revelan que el país está lleno de iniquidades: comercio de animales de la selva, tala de árboles, ríos ennegrecidos. Más de un maderero querría quemarlos para que no molestaran. Porque la ecología y la ortiga escuecen e irritan, y, a largo plazo, matan para dar vida sana, oxigenante como el mar que navegó el de Triana esa lejana madrugada de octubre. Ecuador Terra Incognita es puro oxígeno.

Revista Ecuador Terra Incognita: Otros dicen que el de Triana no era sevillano, no era Rodríguez sino Rodrigo Pérez de Acevedo, que había nacido en Lepe, provincia de Huelva, con vista al mar Atlántico. Llaman onubenses a los de Huelva porque en tiempo de los romanos la ciudad se llamaba Onuba. Onubenses, huelvanos, huelveños, poco importa. Lo que importa es que Rodrigo fue el primer español que avistó el nuevo continente desde su puesto de vigía en la carabela la Pinta. Lo escribió el mismísimo Colón “…Y porque la carabela Pinta era la más velera e iba delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vido (vio) primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana…”. Triana iba en la Pinta, y la Pinta delante del Almirante. Sabemos que Almirante viene del antiguo amirante que, a su vez, procede del árabe amir, que significa jefe. El de Triana iba delante del jefe, en la proa de la carabela más avanzada. Allí estaba. Fija la mirada en el mar, en el redondo horizonte, escrutando la penumbra de la aurora. ¿Cómo pudo haber avistado tierra en medio de esa sombra húmeda? Probablemente habrá visto algunas fogatas… Como sea, allí estaba vigilante, buscando, tratando de descubrir. Este incógnito Rodrigo es la viva imagen del “amor intelectual” que caracteriza la naturaleza del conocimiento. Sin amor no hay perseverancia, sin perseverancia no hay ni observación repetida ni experimentación repetida ni ciencia ni descubrimiento. Sin amor no hay ciencia ni conciencia ni sabiduría. Los jóvenes que imaginaron la revista Ecuador Terra Incognita estaban poseídos por este ángel del amor intelectual. Han producido 50 revistas, 50 vistas gráficas y escritas de las varias y variadas circunstancias de nuestra tierra ecuatoriana.

Lee más en la edición impresa.
¡SUSCRÍBETE!


inicio - archivo - suscripción

CONTENIDO REVISTA 50




hh