N° 54 julio -agosto 2008
 
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ESQUEL
el pueblo argentino que decidió vivir
sin minería


Habíamos escuchado de un pueblo en la Patagonia argentina que democráticamente decidió vivir sin minería, y nos pusimos en contacto con ellos para conocer su historia. Chuni Botto, una kinesióloga recién jubilada del Hospital Zonal de Esquel y vecina autoconvocada, nos la cuenta.

 

El año 2002 encontró a la República Argentina sumida en una nueva crisis económica, social y política, con desocupación y pobreza elevadas. En la cordillera patagónica, en Esquel, Chubut, sus 30 mil habitantes nos enteramos del proyecto minero de Meridian Gold, empresa canadiense que pretendía explotar oro y plata en un yacimiento a seis kilómetros de la ciudad.


La minera prometía puestos de trabajo con elevados salarios y bienestar económico para todos. Exageraba los beneficios y ocultaba los posibles perjuicios de la actividad. Nos informamos mejor y vimos amenazados nuestras montañas, nuestros prístinos lagos y ríos, nuestros bosques, truchas y salmones, en fin, nuestra forma de vida basada en actividades sustentables.


El conocimiento circuló por toda la ciudad: aprendimos sobre la lixiviación con cianuro –barata y eficaz–, sobre la necesidad de millones de litros de agua y el uso de toneladas de explosivos por día, del drenaje ácido que disuelve los nocivos metales pesados contaminando las aguas superficiales y profundas. Supimos de la enorme demanda de energía, diésel y gas, elementos que no abundan en el país. Nos enteramos de los vergonzosos beneficios económicos que deja la actividad –solo el 3% de regalías, casi ningún impuesto y, en el caso de Chubut, reintegros por exportar por puertos patagónicos, es decir, que se le pagaría a las empresas para que se lleven nuestros bienes comunes. Todo esto bajo el amparo de las leyes mineras promovidas por el Banco Mundial durante los noventa y redactadas por las mismas empresas mineras. Nos dimos cuenta de que la minería no es desarrollo, pues extrae recursos no renovables dejando un gran impacto ambiental y social.


Luego de este proceso de discusión y aprendizaje, llegó la hora de las decisiones; el NO A LA MINA fue tomando forma en asambleas populares. Como resultado de este proceso se decidió realizar un plebiscito sobre el tema en marzo de 2003. Fueron tiempos fuertes, emocionantes, de movilización, que delinearon un Esquel con identidad y firmeza organizada en la defensa de su dignidad y su futuro.


El 23 de Marzo triunfó el NO al emprendimiento minero con el 82% de los votos, y esa noche miles de personas marchamos en columnas por las calles entre cantos, antorchas y alegría, y, lo que hubiera sido impensable solo unos días antes, el clamor de este pueblo montañés hizo crujir los cimientos de empresas mineras a miles de kilómetros.


Pocos meses después, la Legislatura del Chubut sancionó la Ley 5001 prohibiendo la minería metalífera a cielo abierto y con cianuro en todo el territorio provincial. Actualmente, luego de cinco años de lucha, ya son más de cien comunidades de quince provincias organizadas contra la megaminería (nucleadas en la Unión de Asambleas Ciudadanas), son seis las provincias que han pasado legislación antiminera, y la conciencia ha despertando en todo el país.


Esquel sigue alerta sosteniendo todos los días su NO al saqueo y la contaminación, defendiendo sus derechos, sencillamente “porque la tierra no la heredamos de nuestros padres sino que la tomamos prestada de nuestros hijos”

Conoce más en www.noalamina.org


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