N° 55 septiembre - octubre 2008
 
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por Juan Sebastián Martínez

y Mathías Dammer

Culunco Casa de Pájaros es una ruta de quince kilómetros ubicada en el noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Puede ser completada en ocho horas por alguien con buen estado físico. Sus principales atractivos son el paisaje, la alta diversidad de plantas y aves, y la travesía por un tramo de la red de caminos seculares trazados por los yumbos, los habitantes prehispánicos del flanco occidental del Pichincha.

La travesía parte del recinto El Golán, ubicado a una hora de Calacalí. Gran parte del trayecto es en bajada, culebreando la cuchilla de una arista. Esto le otorga bellas vistas, pero también hace que escaseen las fuentes naturales de agua, por lo que es recomendable llevar bastante líquido entre las provisiones.

El caminante circula por el chaquiñán de los yumbos: el culunco, que es un tipo de callejón calado profundamente en la tierra. Hay grandes tramos en los que la vegetación ha crecido sobre el culunco, formando verdaderos túneles. Esto hace que el trayecto sea muy singular y agradable. Además, hace que desde medianas distancias sea casi imposible detectarlo. Quizá uno de los objetivos de los yumbos para haber construido este tipo de caminos obedeció a la necesidad de transitar clandestinamente, talvez para que quienes comerciaban con las regiones bajas no fueran asaltados.

Hoy tenemos noticias de que, luego de la conquista, los culuncos fueron utilizados para trasportar aguardiente de manera oculta. Esto último sucedió durante los diferente períodos en los que en Quito se impusieron leyes de estanco, es decir, figuras bajo las cuales el monopolio de la producción y venta de licor fue asumido por la institución gobernante (corona o estado) u otorgadas a particulares a cambio de una participación del gobierno en las ganancias.

La figura del estanco también puede ser impuesta a otros productos. Pero en Quito, al igual que en otras partes del mundo, fueron los estancos al licor los que más inquietaron a la población. Recordemos que uno de los estancos al aguardiente fue el que propició la revuelta quiteña llamada “la revolución de los estancos”, y que, según muchos historiadores, resultó un antecedente sintomático de los acontecimientos políticos del 10 de Agosto de 1809.

Los estancos fueron impuestos por España, por la Gran Colombia y por los gobiernos ecuatorianos del siglo XIX y principios del XX. Se piensa que, durante todos los períodos de estancos al licor, los culuncos heredados por los yumbos fueron grandes vías de abastecimiento para la sedienta población quiteña, que demandaba el aguardiente de esta zona azucarera. De hecho, se presume que lo contrabandeado por estos caminos fue el aguardiente artesanal, obtenido de la destilación directa del aguardiente de caña de azúcar fresca fermentada (también conocido como guarapo), al que luego de rectificar y diluir, transportaban en grandes zurrones.

El tiempo y la erosión han colaborado para que los culuncos de esta ruta se conviertan en zanjas de dimensiones muy variadas. Hay tramos secos, pero también otros muy lodosos. La construcción de estos caminos debe haber significado un gran esfuerzo. Mientras el caminante los cruza, puede imaginar la intención de los pueblos prehispánicos por integrarse entre sí.

Como sostiene Ronald D. Lippi, “el noroccidente de Pichincha, como zona subtropical y tropical, experimentó mucho trueque con los varios llajtakuna (pueblos indígenas) de la Sierra. Dada la importancia de los recursos de la montaña para los serranos y viceversa, se supone que hubo algunas rutas muy transitadas, al menos para el período prehistórico tardío y el período colonial temprano”.

En todo caso, transitar por estos culuncos sigue siendo una manera de integrar diferentes tipos de pisos y vegetaciones. Si el caminante prefiere, podría hacer esta ruta en dos días, lo cual presenta la ventaja de poder disfrutar de actividades como la observación de aves. Cabe señalar que en la zona se han registrado 366 especies de aves. Es notable la presencia del chululú gigante (Grallaria gigantea), y algunas especies poco conocidas y con pocas localidades de registro en el país. Otra razón para demorar el recorrido es observar las características botánicas del bosque nublado andino y de ciertas especies de la Costa que se funden en esta zona por ser un espacio de transición vegetal. La desventaja de esta opción es que se debe llevar más equipaje (para acampar), y que, debido a que la ruta cruza por territorios privados, es conveniente pedir permiso a los propietarios para pernoctar en ellos.

El camino termina en el recinto de Marianitas. Para mayor información, contactar con Germán Collahuaso (Corporación Yunguilla, 091 144 610, yunguilla@yahoo.com). Esta entidad, que trabaja por la conservación de los re-cursos naturales y el desarrollo del sector, es propietaria de algunos de los terrenos aledaños a la ruta

 

INFORMACIÓN GENERAL DE LA RUTA

Tiempo total

8 horas

Distancia total

15 kilómetros

Cotas de nivel

mínima 1 300 metros
máxima 2 200 metros

Cartas topográficas

Calacalí, CT, ÑII-E4

Punto de partida

El Golán

Punto de llegada

Marianitas

Atractivos principales

Reserva Yunguillas
Avistación de aves durante todo el trayecto
La "Casa de Pájaros"
Reserva Maquipucuna
Poblado de Marianitas

Observaciones y recomendaciones

Para hacer esta caminata es indispensable un buen sentido de orientación y manejar mapas y brújula, o GPS.

Puntos de referencia
Altura (msnm)
km
Latitud UTM
Longitud UTM
Entrada sendero
2 200
0
13 524
72 340
Marianitas
1 300
15
14 954
61 320

 

 

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