Los valles secos
Se encuentran en medio de la cordillera occidental
y oriental. El Chota, cuna de futbolistas; Guayllabamba,
tierra de sabrosas chirimoyas; y Ambato, de
flores y frutas, son lugares donde sus bosques
nativos tienen algo en común: la falta
de agua, los cactos, las acacias, algarrobos
y pencos, y en general plantas con hojas transformadas
en espinos para evitar la pérdida de
agua. Pero no todo es así, generalmente
las riberas de los ríos son muy fértiles
y existen pequeñas zonas verdes a manera
de oasis. La fauna común se compone principalmente
de ratones de campo, halcones peregrinos o quilicos,
de tayos o aguaitacaminos; también se
puede encontrar armadillos y lobos.
El
bosque húmedo tropical
Este es, con seguridad, el ecosistema más
nombrado y el menos conocido por la mayoría
de ecuatorianos. Al punto que muchos solo podrían
describir “la selva” por películas
como Tarzán, lo cual es triste si consideramos
como verdad que nada supera a la realidad. Es
el lugar más biodiverso del Ecuador y
también el más exótico.
La naturaleza, con relación a otros ecosistemas,
parece haber privilegiado estos bosques con
gigantescos árboles como los ceibos y
matapalos, infinidad de prodigiosas plantas,
flores y frutos, y la mayor variedad de invertebrados,
peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
El
bosque seco de la Costa
En este caso, nadie mejor que los manabitas
y guayaquileños para describir el hermoso,
aunque algo desolado paisaje. Lo más
sobresaliente son los árboles de porotillo
y el ceibo. En cierta temporada, la época
seca, pierden todas sus hojas; su propósito
es conservar la poca agua que existe; durante
este período, en el caso del ceibo especialmente,
la fotosíntesis se realiza en el tronco,
por lo que se vuelve todo verde. También
son típicos los cactos y arbustos como
el zapote de perro y los muyuyos.
En las partes altas de las montañas costeras
ocurre que, por efecto de los vientos, el clima
es más húmedo y por lo tanto la
vegetación difiere del entorno. En los
pocos sitios bien conservados que aún
quedan son comunes los guayacanes y los fernán
sánchez. En estos ecosistemas existen
gavilanes de dorso gris, armadillos, guatusas,
osos hormigueros, varios ratones de campo y
uno de los pocos marsupiales ecuatorianos, la
zarigüeya.
Los
humedales
Esta denominación abarca bosques como
los manglares o zonas inundadas, lagos, lagunas
y ríos. Últimamente la atención
se ha centrado en el manglar, y no es para menos
si consideramos que estamos a punto de perderlos
para siempre. En poco tiempo, en lugar de llegar
a exportar, tendremos que importar cangrejo
y habremos perdido el sabor de uno de los más
apetitosos manjares, la jaiba de manglar.
Ecuador posee seis de las 50 especies de mangle
en el mundo. Si desaparecen no solo perderemos
la oportunidad de saborear una buena cangrejada;
asociados a este tipo de bosque existen cientos
de especies de aves como la espátula,
garzas y cormoranes, y es probable que muy escondido,
entre las raíces zancudas, aún
sobreviva algún cocodrilo de la Costa.
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