Habita las copas de los árboles, donde sube en cámara lenta, ayudada de dedos con discos adherentes en sus puntas. Tiene hábitos nocturnos. Para evitar la depredación, su reproducción es rápida y explosiva. Después de lluvias torrenciales, baja a poner grandes cantidades de huevos en hojas suspendidas sobre cuerpos de agua. ¿Cómo alguien tan lento baja rápido para poder aprovechar los charcos temporales que se forman (donde no hay peces que se coman las larvas)? Se lanzan y planean, con ayuda de las membranas entre sus dedos. Después de solo ocho días, los renacuajos “gotean” al agua (a veces “pateados” por los machos). Cuando aún no han completado su metamorfosis, los williwillis ya empiezan a subir a los árboles, antes de que se sequen las efímeras cochas donde vivieron. Los bosques del Chocó que son su hábitat enfrentan muchas amenazas, entre esas la expansión de la minería.