N° 48 Julio - agosto 2007
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Foto Iván Navarrete / Archivo Criollo
Entre los efectos del calentamiento global está previsto que se agudizarán las tormentas, heladas, sequías e inundaciones. Con más frecuencia sucederán eventos El Niño. La fotografía fue tomada en 2002, sobre el puente del río Bachillero, Manabí..

¿Nos estamos derritiendo?

Texto Juan F. Freile

Es viernes, son las 10h30 de la noche y estoy en la ducha. Hace poco anunciaron en la televisión, con tintes de tragedia, sobre algo que se viene comentando cada vez con mayor frecuencia: el temible calentamiento global, monstruo sin cara que amenaza con derretirlo todo sin piedad. Mientras me ducho con exquisita agua caliente pienso en el montón de personas que estarán, en este mismo instante, haciendo lo mismo que yo, y en toda la energía que nos ayuda a disfrutar de este placer nocturno. Pensar que mi calentador de agua funciona con el sol alivia un poco mi conciencia y me tranquiliza: cuando el petróleo se termine, todavía podré gozar de mi baño caliente... eso si el calentamiento global no ha limitado la provisión de agua dulce de la Tierra.

A la sed de energía que satisface el petróleo, prodigio para el desarrollo industrial y económico, se le pueden imputar un sinfín de culpas ambientales y sociales. Pero existen contundentes y lamentables evidencias que sugieren que al reinado petrolero no le queda mucho tiempo. Las grandes potencias y las empresas del sector energético han empezado a preocuparse, ya no por el destino de este recurso o por la crítica salud de la Tierra tras este siglo petrolero, sino por encontrar una fuente energética suplente. Su interés, no cabe duda, es mantener las tendencias de consumo pero sustrayendo energía de alguna otra generosa fuente. Se habla del viento, de los caudales de agua o incluso de los biocombustibles.
Pensar entonces que el fin del petróleo será también el fin del calentamiento global resulta ingenuo. Es como creer en el fin de las guerras: nada más alejado de la realidad.


¿Pero qué es todo esto del calentamiento global que tanto comentamos y que hasta sirve como plataforma para un conocido político y pretendido ecologista que en sus tiempos vicepresidenciales no consiguió convencer a su país, el principal contaminador del planeta, para que firmara un tratado internacional que convoca a todas las naciones a luchar contra este problema? Revisemos alguna información que, así espero, ayudará a esclarecer un poco más este tema.

 




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