El
Chocó biogeográfico es una región
de casi 100 000 km2 que incluye una gran diversidad
de hábitats y se extiende desde el
Canal de Panamá hasta el Cabo Pasado,
en la provincia de Manabí. Esta región
constituye un mosaico de especies biológicas
terrestres y marinas; sus territorios atraviesan
la vertiente Pacífica de Colombia y
el noroccidente ecuatoriano.
El Chocó posee zonas planas que dan
a las costas del Pacífico y también
una buena parte de las estribaciones occidentales
de los Andes. Las elevaciones de esta cadena
montañosa atrapan el aire húmedo
que viaja desde la Costa. Esto les da un clima
muy húmedo, formándose de esta
manera los bosques muy húmedos premontanos.
Los científicos dan mucha importancia
al Chocó pues, además de poseer
una extraordinaria biodiversidad, mantiene
la única selva lluviosa tropical continua
del Pacífico sudamericano. Esta zona,
que como bien lo indica su nombre posee lluvias
permanentes, alimenta algunos ríos
importantes. En Ecuador, por ejemplo, el Esmeraldas
y el Guayas.
La tasa de pluviosidad en estos bosques es
una de las más altas del planeta; de
hecho, mantiene valores impresionantes: en
ciertos lugares puede llegar hasta los 13
000 milímetros anuales, con lluvias
durante casi todos los días. Este fenómeno,
sin duda, se encuentra influenciado por la
corriente cálida del Niño que
provoca un aumento en los índices de
pluviosidad entre los meses de enero y mayo,
brindando a la región un altísimo
nivel de humedad.
El Chocó posee una gran cantidad de
formas de vida gracias a sus múltiples
ecosistemas. Es importante señalar
que en esta región existe un importante
número de especies propias. Tal es
el caso de las nuevas especies de anfibios,
que constantemente se registran antes de que
los científicos hayan terminado de
describir la anterior.
Muchos de los anfibios endémicos de
esta región viven en pocos kilómetros
cuadrados, lo que los convierte en especies
muy vulnerables a la extinción.
Actualmente, y pese a la importancia de esta
zona, tan solo el 12,5% de sus territorios
han sido declarados áreas protegidas
privadas o estatales. La gran mayoría
restante se ve amenazada por la colonización
ganadera, la explotación forestal,
la minería y el turismo irresponsable.
Es decir, la región del Chocó
enfrenta graves amenazas a su integridad natural.
Punto caliente
El
Chocó ha sido considerado como un punto
caliente (o hotspot) de biodiversidad.
Además de alta diversidad biológica,
un punto caliente debe presentar gran cantidad
de especies propias (endémicas) o restringidas
a un pequeño sector. Pero un punto
caliente también debe estar bajo amenaza
inmediata.
Esta última condición determina
que la Amazonía, por ejemplo, pese
a mantener una gran diversidad, no sea catalogada
aún como un hotspot. Desgraciadamente,
el Chocó sí…
El propósito de declarar como puntos
calientes a algunas zonas del planeta es identificar
las áreas donde los organismos de conservación,
así como los gobiernos, deben centrar
sus mayores esfuerzos en la lucha contra la
destrucción de la naturaleza; en ciertos
casos, para evitar la desaparición
de las especies que habitan en ellas.
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